LA EXPERIENCIA DE VIVIR POR PRIMERA VEZ CON UN PERRO
Ya hacía un tiempo que Jennifer y su chico vivían juntos y él le comenzaba a plantear la posibilidad de compartir su piso con un schnauzer miniatura. Pero ella nunca había tenido perro, y el tema de pelos, babas y suciedad le preocupaba bastante… ¿Cómo sería vivir con un perro por primera vez?
Buscando al perro perfecto
Cuando comenzaron a hablar sobre la idea de tener un perro, Jennifer no estaba muy segura pero había dos cosas en las que estaban de acuerdo ambos: querían que fuese un schnauzer miniatura de color negro, y que se llamara Max.Así comenzaron a informarse de criadores que trabajaran con esta raza y dieron con Dogking a través de nuestra página web. Jennifer se enamoró de Tuttifruti, una de nuestras schnauzer miniatura que acababa de dar a luz una camada. Cuando se acercaron a nuestro centro, les asesoramos acerca de todo lo que implicaba un perro y fue entonces cuando le hicimos la pregunta: ¿Seguro que estáis buscando un macho?Teniendo en cuenta que para Jennifer la mayor pega de tener un perro era la suciedad que podía generar, quizá un macho que tiene más tendencia a marcar territorio no era la mejor opción por eso se le recomendó una hembra. Y eligieron a una pequeña de color negro profundo, hija de Tuttifruti.¡Pero había un gran problema! El nombre que tenían pensado para su perro no servía siendo una hembra. Cuando por fin habían encontrado al perro perfecto, tenían que ponerse a buscar el nombre perfecto. Y fue casi más difícil que lo primero, pero finalmente después de barajar muchos nombres dieron con uno que le encantó a los dos: FURA.Su nueva vida como dueños primerizos
Después de un año conviviendo con Fura, Jennifer mira atrás y piensa en cómo han cambiado sus hábitos desde que tienen a la pequeña schnauzer. Al principio no sólo fue la perra quien tuvo que acostumbrarse a su nuevo hogar, sino también ellos.Inevitablemente, tener un perro les ha condicionado su tiempo libre. Los paseos a Fura son ahora una nueva responsabilidad, y cuando surge una escapada siempre buscan lugares en los que admitan perros y actividades en las que Fura también pueda disfrutar. Pero lo curioso es que no parece que sea una obligación, sino que lo hacen porque les apetece. Les gusta pasar el tiempo libre con Fura y ver lo bien que se lo pasa en el parque o cuando la llevan a la montaña o a la playa.Es cierto que cuando llegan las vacaciones, para viajar han tenido que buscar a alguien que se quede con ella y sus padres y amigos les han echado una mano, pero se porta tan bien que todos están encantados con Fura, así que esto tampoco resulta un problema, exceptuando el hecho de que sus dueños la echan mucho de menos.Jennifer lo reconoce. Al principio no quería saber nada de perros, pero ahora que tiene a Fura no sabe que haría sin ella. Se ha convertido en uno más de la familia.Comparte este artículo
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