LA LIMPIEZA DE OÍDOS, UNA ASIGNATURA PENDIENTE
Todos los propietarios procuramos darle lo mejor a nuestras mascotas. Cuidamos su alimentación, su pelo, les llevamos al mejor veterinario y la mayoría de nosotros incluso le lavamos los dientes a nuestro perro. Pero… ¿qué pasa con sus oídos? ¿Alguien se acuerda de ellos más allá de cuando le detectamos una otitis?
Tema: Peluquería - Autor: DOGKING

La limpieza de oídos es una parte importante de su rutina
El cepillado, los baños, el corte de uñas, de pelo… ¿Es que aún hay más? Pues sí: la limpieza de oídos. Como todos sabemos, el olfato y el oído de los perros están mucho más desarrollados que nuestros sentidos y podemos hacernos una idea de cuán importante son para desenvolverse en su día a día. Descuidar un órgano tan fundamental para ellos puede llevarnos a que nuestra mascota acabe con un exceso de cerumen en los oídos, mal olor y otitis causada por la falta de higiene. Y esto no provoca más que un empeoramiento de su calidad de vida.Es por ello que debemos introducir la limpieza de oídos como parte de su rutina de higiene. La frecuencia depende de cada perro, aunque en general los perros con orejas caídas necesitan una limpieza cada semana ya que su oído tiene menos transpiración, mientras que a los perros de orejas erguidas se le puede realizar cada 2-3 semanas.
¿Cómo se le limpia los oídos a un perro?
Además de nosotros, esta rutina la puede realizar tanto el peluquero como el veterinario en las visitas rutinarias. Para empezar, es importante hacerse con un buen limpiador auricular o de oídos. Los limpiadores son botes que se venden con un aplicador que permite llegar al interior del oído con facilidad y con su líquido deshace la cera. Para que su aplicación sea más eficaz, en los perros con pelo dentro de los oídos podemos extraerle ese exceso de pelo, de esta manera la oreja transpirará mejor y el liquido limpiador penetrará perfectamente, por lo que su efecto será más duradero.Despejando bien la oreja procedemos a aplicar el limpiador. Con el aplicador dentro del oído, apretamos el bote y pulverizamos una pequeña cantidad. Dejamos que el perro se sacuda para el sobrante de limpiador y por fuera le masajeamos el oído para que se distribuya bien. A continuación, con una gasa limpiamos todo el pabellón auricular para eliminar el cerumen. Desaconsejamos usar toallitas húmedas porque la humedad es el enemigo de los oídos sanos.Es importante que utilicemos una gasa diferente para cada oído ya que si alguna de las orejas tuviese alguna infección podríamos estar contagiándosela a la otra. Por otra parte, si detectamos que nuestro perro sufre alguna afección de oído deberíamos interrumpir esta rutina y acudir de inmediato al veterinario.Comparte este artículo
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