LA PRUEBA DE QUE EL PERRO ES EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE

¿Se puede encontrar en un perro la verdadera amistad?

Jose María y su pareja siempre han sido grandes amantes de los animales. Hasta hace unos años se declaraban fans absolutos de los Bulldogs, con los que habían compartido hermosos años de su vida, pero tras numerosas complicaciones de salud por las que tuvieron que despedirse de sus perros tomaron la decisión de no volver a pasar nunca más por este trance y no tener más perros.

Sin embargo, para quienes les gustan los animales es difícil mantener afirmaciones tan rotundas y tras varios meses de luto, volvieron a sentir la ilusión de lo que sería volver a compartir la vida con un perro.

Ahora que ya habían tenido diferentes experiencias y sabían mejor lo que buscaban decidieron que un Labrador sería la raza ideal para ellos: es una raza muy activa, juguetona, disfruta con la montaña y sobre todo, a diferencia de los bulldogs, no presenta graves problemas potenciales de salud específicos de la raza.

Buscando en internet dieron con DOGKING y descubrieron que ofrecíamos perros adiestrados. Sabiendo la cantidad de esfuerzo que suponía un cachorro e imaginándose cómo podía ser pasear a un perro con la total confianza de que va a responder a la orden que le dieses, eligieron a Milo para que fuera su compañero de vida.

Un perro muy especial

Desde el primer día hubo una buena conexión entre Milo y la que sería su familia: Manu y Jose María. Para ellos, Milo es uno más de la familia. Con sus ojos de cachorro se ha convertido en el consentido de la casa y no hay paso que den sin que Milo les siga. Es tal el vínculo, que incluso media hora antes de que alguno de los dos llegue a casa, él se sienta frente a la puerta y espera a que entre.

Esta profunda relación de amistad ha quedado aún más reforzada en este último año cuando Jose María ha pasado por una situación delicada y anímicamente no se encontraba bien. En todo momento, Milo estuvo apoyándole. Cuando él se sentía triste, Milo le buscaba y le lamía, apoyaba su cabeza sobre él y le hacía sentir su calor.

Tal fue su empatía con su dueño que comenzó a caérsele el pelo, engordó y tuvo que ser operado de un quiste folicular. En términos veterinarios no tendría que existir una relación entre estos problemas de salud y ese mal año por el que han pasado tanto dueño como perro. Sin embargo, Jose María está convencido de que son las consecuencias de una mala racha que ahora están superando juntos, y que igual que Milo le ha ayudado tanto este año ahora es él quien va a ayudar a Milo a superar todos sus problemas.

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