UN CACHORRO DE LABRADOR EN LA PELUQUERÍA

SOCIABILIZAR EN EL BAÑO

El labrador es un perro con mucha fuerza y energía, por lo que resulta muy importante educarlo cuando aún es pequeño en la rutina de peluquería. De esta manera podremos controlarlo y trabajar bien con él cuando sea adulto y conseguir buenos resultados con su pelo.

La clave para ello es tratar siempre al cachorro con suavidad e ir presentándole las herramientas poco a poco. En vez de una carda, podemos utilizar un cepillo de puntas redondas y en vez del expulsador (una especie de secador muy potente que se utiliza a menudo en la peluquería canina) utilizamos un secador de mano.

Debemos procurar no forzar excesivamente al cachorro ya que lo importante es conseguir que encuentre en la peluquería algo agradable y no al revés. Sin embargo, debemos conseguir un equilibrio: si el cachorro se pone nervioso porque algo le molesta, bajaremos la intensidad pero intentaremos ser firmes para que entienda que la peluquería es una obligación, algo que debe aceptar y que al final conseguirá algo bueno.

Por esto es importante premiarlo siempre después de la sesión de peluquería. A esto se le llama crear una “asociación positiva” y con ella conseguiremos que en las próximas sesiones el cachorro tenga una buena predisposición al baño, ya que al finalizar va a conseguir una golosina y juego.

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LOS CUIDADOS DEL LABRADOR

El labrador es un perro que no necesita grandes cuidados para mantener su pelo. Se recomienda cepillar su manto una vez al día para eliminar la suciedad que pueda tener y bañarlo cada semana.

Una alta frecuencia del baño es importante cuando aún es cachorro pues con ello estaremos eliminando cualquier germen o bacteria que pueda tener en la suciedad del pelo en su edad más vulnerable. En este caso, el énfasis debemos ponerlo en los productos que utilizaremos para bañarlo ya que si no son de alta calidad pueden eliminar la capa hidrolipídica de su pelo.

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